martes, 3 de junio de 2014

VIP

El bus no es de los viejos; tiene asientos de tres y de dos, bastante incómodos. El teléfono suena, apenas y se oye entre tanta bulla que traen carajillos de colegio cuyo viaje en bus de regreso a la casa hace las del mejor "paseo con los compas esta semana". Yo fui así... joven, quiero decir, porque un bus nunca ha sido para gritar y molestar; no es el viaje con los compas: es el mío conmigo, las ventanas y la gente.
-¿Aló?
-¿Usted es la filóloga?
-Sí.
-Ya le paso a mi jefe.
El bus está tan empañado. El muchacho al lado lleva la música tan alta que me puedo poner a cantar.
-¿Alo? Es que vieras que tengo un caso. Un cliente no sabe bien cómo usar la palabra vip. Resulta que...
Hay mucha gente vip, creo yo, como la señora que se montó con un bastón y pudimos darle un campo, o la muchacha que se quedó dormida una vez en mi hombro y no la quise despertar... pensé que ella quería dormir... hay mucha gente vip y poco la vemos. Parece que nos encanta quedarnos con los "very idiot people". Yo sé que así no se dice, pero me funciona.
-Sí, es que se trata de personas a las que damos un trato especial... sí, personas... personas.


1 comentario:

Natasha Humanya dijo...

VIP: very idiot people!

Me sentí identificada con la experiencia del bus...a excepción de que nunca se me han quedado dormidos en el hombro. Me gustó mucho este pedacito.

En algún punto todos llegamos a ser VIP...eso no lo dudo.