Se llama Fabiola, vive en El Cajón de Grecia. Tiene cuatro años y sabe
contar hasta 70, "mire: 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13
1,15,16,20,24,27,29,32,12,60,61,62,63,64,79,70"
Si le dicen que si quiere un confite responde que no porque se la roban. Lleva un pañito húmedo para el calor y no la dejan quitarse el abrigo, me dijo que la abuelita le pega (cómo, me pregunto yo, si va dormida y no se ha dado cuenta de que hablamos).
"¡Puchica!, que abran las ventanas... mucho calor".
Le pregunto qué es lo que más le gusta y dice
que ver la Princesita Sofía en el canal que es un cuatro y un dos, ir a
Alajuela y a San José, aunque sea más frío. Me explica cómo jugar en el celular
que le prestaron, algo como una versión de Mario Bros en un Nokia de los
viejos... y gana.
-¿Usted tiene hijos?
-No.
-¿Hijas?
-Tampoco.
-Entonces vive sola.
-¿Hijas?
-Tampoco.
-Entonces vive sola.
“Si viviera con usted sería un paraíso”...
Anda de un asiento en otro. Me da miedo que se
caiga. La abuela la manda a despertar al tío que va al lado opuesto en la otra
ventana. Nos ve y se ríe. ç"Habla
más que..."
Si supiera lo importante que es para mí.
Le recogen el pelo, le abrochan el abrigo y la alzan. Mientras van bajado las gradas con ella al hombro, me pega un grito:
-¿Dónde era que vivía usted?
-En Sarchí.
-Un día voy a jugar a su casa.