jueves, 2 de diciembre de 2021
Mientras pienso en nosotros
miércoles, 3 de noviembre de 2021
Un cuento de cuentas que no se cuenta
23, 24, 25, 26, 27, 28. ¡Claro, estaba segura! Siempre supe que 28 pasos son los que separan mi casa de la parada de autobuses.
El autobús de las 8:30 a.m. Una solitaria y fría parada. Bancas mojadas por la intensa lluvia; 3 mm3 más que ayer, según dijeron en los noticieros. ¢135 todos los días. Dentro de 2 semanas comenzará a funcionar el aumento que solicitaron los autobuseros, pues según declaró don Félix Ocampo, presidente de
Hoy antes de ducharse se decidió por hombres narizones de todas las edades. A la mitad del camino ya llevaba 17 ejemplares. A los 45 minutos oyó el grito “¡Parque de los Ángeles!”. Era la última parada. La tarea estaba hecha. Hoy fueron 32 ejemplares. Vaya que han ganado los narizones, frente a 22 mujeres con anillos en la mano izquierda y 30 muchachos sin afeitar. Sin embargo, hasta el momento nadie ha destronado a los 76 pelones fumadores.
Mientras llega el gerente debe esperar 35 minutos. Puntualmente, al transcurrir los 15 primeros, pasa el tipo mal oliente. Pensó que tal vez hoy traiga las orejas limpias pero de seguro es mucho para él; me lo imaginé, sucias un día más. A los tres minutos siguientes, doña Cata aparece con su chihuahua Alambre. Habrase visto semejante estupidez, 7 letras para formar un nombre del cual el animal no tiene ningún rasgo. Estaba más gordo que la señora de enfrente, sí, sí... Virginia, la gordis, como todos la llamamos,
-Muy buen día querido equipo de trabajo.
Querido... no querés ni a tu mama.
-Hoy tenemos que comenzar con un pedido de 37.500 unidades para
A cuántos más les dirás así y por detrás te los jartás vivos, viejo imbécil...
-¡Qué tal don Félix! Buen día para usted también. Viejo imbécil.
Siempre se ha encargado de la tinta; de velar porque esté en óptimas condiciones para no sufrir la devolución por mal estado del pedido. La mañana transcurre sin ningún problema. 1:50 p.m, su estómago no suena… grita, clama, por comida. Hoy apenas le dio tiempo de hacer arroz con dos huevos duros de ayer. Cuando abre su almuerzo imagina que es una hermosa chuleta de cerdo, es una hermosa chuleta de cerdo; así come más tranquila, con menos riesgo de que la ataque una indigestión. La hora de almuerzo finaliza a las 2:50 pm, y todos deben volver a sus labores.
Mientras coloca la tinta del lapicero 27.210 no soporta más su inquietud y se levanta de la silla. Anita, la morena que se sienta frente a ella, ha hecho mal la puntada de los estuches en 5 ocasiones; específicamente después de la 3 puntada, Anita. Te he estado viendo con el rabillo del ojo y veo como te saltas de la
A las 6:50 pm, suena el tan anhelado timbre de salida. Ella toma su bolso de cuero, aquel que me regaló Antonio, un antiguo novio que tuve mientras trabajaba en
Recordó que debía apresurarse, pues su autobús, el de las 7:00 pm, estaba por llegar. Cuando subió, el décimo primer asiento a la derecha, su lugar preferido, estaba ocupado. Una señorita, de las divas postizas, posaba su trasero de $25.000 en su lugar predilecto. Decidió entonces contar, de regreso a su casa, cuántas como esta niña falsa estarían sentadas en el espacio favorito de muchos otros. Tan sólo 7 fueron las desdichadas que robaron un asiento en el autobús, nadie ha podido superar a los pelones fumadores.
Cuando llegó a su casa, oprimió los dígitos de la alarma que acaba de instalar, pues -según le dijeron- los delincuentes han aumentado en su barrio y la otra noche su vecino de al lado fue atacado por cuatro jóvenes que intentaron matarlo por tan solo quitarle su celular... Mejor prevenir que lamentar. 2-5-8-1-9-8..., 2-5-8-1-9-8..., 2-5-8-1-9-8... Algo extraño pasa. No recuerdo el último dígito... 2-5-8-1-9-8......
-¡Número 6!, gritó la señorita de enfrente. ¡Pase la ficha número 6!..
A Pamela le molesta tanto que la interrumpan cuando escribe. Ya sospechaba que no podría terminar su historia en esa banca de la clínica. Debe cerrar su libreta por un momento mientras retira las pastillas para su mamá. Más tarde, sin píldoras ni bombas para el asma intentará descifrar cómo su personaje abrirá aquel portón.
miércoles, 16 de diciembre de 2015
Delinear conciencias
El bus lleva espacio y, como nunca, las ventanas abiertas. Estos son los momentos en los que uno agradece el chispazo que muchos tuvieron para hacer tal hazaña, porque no es cosa común este sentimiento colectivo de querer aire fresco. En poco tiempo me queda un lugar libre y me siento en la segunda fila con la felicidad de topar con una ventana.
Les decía que a veces nos alegra reconocer en los otros la iniciativa frente a ciertas situaciones.
A veces.
Tengo la suerte de topar a menudo con una clase de mujeres incapaces de despeinarse o desarreglarse en los viajes. La de hoy es épica, casi irreal. La protegen una vincha descomunal, casi un casco, sombras que no dejan ver sus ojos y tres capas de maquillaje que refuerza en cada parada que hace el bus. Intento saber cómo logra respirar. Además, y para mi rotunda desgracia, su verdadera salvación se resume en una ventana cerrada, sin ninguna posibilidad de dejar pasar aire al menos por un buen rato.
El espejo diminuto que lleva no la deja abarcar tanta piel ajena en cada brochazo que pasa por sus mejillas, entonces hace un particular baile moviendo su reflejo de un lado a otro, arriba y abajo, por el cuello, los ojos y los labios, que le regalan una sonrisa redentora que parece salvarla. Pero solo parece.
Toda esa habilidad para no abrir ventanas se fue a la forma en que se maquilla. Aun sin luz y en movimiento, usa lápiz delineador, rubor y máscara. Tan sugerente este último. Mi sorpresa fue cuando sacó un brillo que apretó por un costado y ¡voilà!... tres bombillos diminutos iluminaban aquella boca que no hablaba y le impedían salirse del borde natural de sus labios. Aquello fue de otro planeta.
El ritual hizo pausa hasta la última parada. Mientras tanto, yo seguía escurrida, abanicando lo que me quedó luego de un día tan caluroso como este. Creo que mañana va a ser igual, si no llueve; seguramente quede derretida, pero con la esperanza de que aún no se me corra la conciencia que me delineo todos los días.
sábado, 25 de octubre de 2014
Fabiola
Si le dicen que si quiere un confite responde que no porque se la roban. Lleva un pañito húmedo para el calor y no la dejan quitarse el abrigo, me dijo que la abuelita le pega (cómo, me pregunto yo, si va dormida y no se ha dado cuenta de que hablamos).
"¡Puchica!, que abran las ventanas... mucho calor".
-¿Hijas?
-Tampoco.
-Entonces vive sola.
Le recogen el pelo, le abrochan el abrigo y la alzan. Mientras van bajado las gradas con ella al hombro, me pega un grito:
martes, 22 de julio de 2014
Morir con estilo
Al final le dije al señor que no, que yo no era de la zona, pero él rápidamente me recordó lo de los traslados a nivel nacional, "llegamos donde necesite", me dijo. Por todo lado traté de zafarme, pero él insistía muchísimo (llegué a pensar que me quería muerta para poder usar uno de sus planes). Me dejó sus datos y una extraña hoja cuyo encabezado era "Celebramos 50 000 horas de servicio". ¡Quién diablos celebra con la muerte!
Aunque a veces vivir es complicado y tiene sus mates, ahora morirse es carísimo; bueno, si uno quiere morir con estilo.
La equilibrista Erika Kuhn |
martes, 3 de junio de 2014
VIP
-¿Aló?
-¿Usted es la filóloga?
-Sí.
-Ya le paso a mi jefe.